No destruyas los bienes que la naturaleza pone a tu disposición para que te sirvan.
Coopera con los árboles que colaboran con tu vida, purificando el aire que respiras. Colabora con la pureza de las fuentes, que te proporcionan el agua para refrescar tu cuerpo. Ayuda al suelo a producir, para que haya pan abundante en la mesa de todos. ¡colabora con la naturaleza!
No digas que, en su lugar, lo harías mejor. Porque hasta que no ponemos a prueba nuestra fuerza, no estamos seguro de lo que seríamos capaces. Tal vez harías cosas peores sí ocuparas su lugar. Trata de disculpar porque desconocemos las situaciones en que están los que, en sus hombros, llevan el peso de la responsabilidad pública.