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Mostrando entradas de octubre, 2018

Jamás engañes a los otros, para no ser engañado.

Sé siempre auténtico. No mientas, para que tu conciencia permanezca tranquila y tu sueño sea sereno. No vivas en continuo remordimiento y no prepares para ti un futuro doloroso, pues nada hace más infeliz a una persona que el saber que nadie ya confía en ella. Sé siempre veraz y ganarás muchos amigos leales y sinceros.

 ¡Tú no tienes enemigos externos!

Nuestros enemigos son los pensamientos erróneos que todos tenemos y que lanzamos al aire atrayendo pensamientos semejantes en el prójimo. En realidad, nadie puede ser enemigo nuestro, porque Dios habita en cada uno de nosotros. Anula las enemistades emitiendo pensamientos de tolerancia y de amor hacia todas las criaturas, que son templos de Dios.

Despierta para la vida.

Medita en tus responsabilidades ante el mundo y ante Dios. De ti dependen las personas que te rodean: en la familia, en el trabajo, en la sociedad. No huyas de las responsabilidades que asumiste. Realiza tu trabajo con amor, produciendo lo más que puedas y lo que te permita tus fuerzas. En tus manos está una parte del futuro de la humanidad.

No confundas cultura con sabiduría.

La cultura viene desde afuera hacia adentro, penetra por los ojos, por los oídos, y puede adherirse o no, en nuestro cerebro. La sabiduría, al contrario, nace dentro de nosotros y se exterioriza; surge en el corazón y sólo puede ser adquirida por medio de la meditación. Hasta los analfabetos pueden conseguir la sabiduría, si saben meditar en sus corazones las grandes verdades.