Muchas veces la alegría espontánea de un saludo conquista un corazón y alivia un sufrimiento.
Despliega alegría y bienestar frente a las personas conocidas y te llegarán los buenos resultados de algo meritorio y bien hecho.
Que tus amigos sientan el calor de tu corazón afectuoso, en la sencillez de tus saludos alegres.
No digas que, en su lugar, lo harías mejor. Porque hasta que no ponemos a prueba nuestra fuerza, no estamos seguro de lo que seríamos capaces. Tal vez harías cosas peores sí ocuparas su lugar. Trata de disculpar porque desconocemos las situaciones en que están los que, en sus hombros, llevan el peso de la responsabilidad pública.