Realiza tu trabajo con amor, siempre renovando, y te verás rebosante de alegria.
La rutina produce cansancio y te rompe el alma, te deprime y te roba el entusiasmo.
Reabastécete todas las mañana de alegría de vivir.
Presta tu colaboración a todo el mundo y da a tus labores la alegría del espíritu, y recibirás por ello los bienes de la felicidad de tu trabajo.
Hace tiempo que vives con el propósito de cambiar tu vida, de mejorar tus actos, de terminar definitivamente con tus deficiencias. ¡entonces comienza ya! No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy... Está claro que todo no lo solucionarás de la noche a la mañana. ¡Pero, comienza ya! Si caes de nuevo, no te desanimes: ¡Vuelve a empezar cuántas veces sea necesario!