¿Por qué tienes que darle importancia a lo que dicen de ti?
¿Hasta cuándo continuarán tus quejas y reclamos?
¡Ánimo, levanta la cabeza y adelanté.
Camina con pie firme, porque los que hablan mal de ti se quedarán parados, en mitad del camino.
Cuando ell@s se den cuenta, tú habrás avanzado tanto en el camino, que te perderán de vista...
No digas que, en su lugar, lo harías mejor. Porque hasta que no ponemos a prueba nuestra fuerza, no estamos seguro de lo que seríamos capaces. Tal vez harías cosas peores sí ocuparas su lugar. Trata de disculpar porque desconocemos las situaciones en que están los que, en sus hombros, llevan el peso de la responsabilidad pública.