Nunca te desees la muerte, no resuelve nada, y aumentaría tus sufrimientos.
Si piensas que huir te aliviará las penas, te equivocas solemnemente.
¡No te venges De los demás, porque te harías mal a ti mism@s!
Reacciona con todas las fuerzas que tengas, y no permitas que las incomprensiónes de otros te abrumen.
No digas que, en su lugar, lo harías mejor. Porque hasta que no ponemos a prueba nuestra fuerza, no estamos seguro de lo que seríamos capaces. Tal vez harías cosas peores sí ocuparas su lugar. Trata de disculpar porque desconocemos las situaciones en que están los que, en sus hombros, llevan el peso de la responsabilidad pública.