Sé respetuoso con todas las religiones.
Todo ser humano está en el derecho de escoger su propio camino.
Respeta la libertad religiosa de los demás, de la misma manera que deseas que respeten la tuya.
No discutas ni quiera sacar a los otros del camino en que se encuentran, a menos que te hayan llamado precisamente para ello.
Respeta, si quieres que te respeten.
No digas que, en su lugar, lo harías mejor. Porque hasta que no ponemos a prueba nuestra fuerza, no estamos seguro de lo que seríamos capaces. Tal vez harías cosas peores sí ocuparas su lugar. Trata de disculpar porque desconocemos las situaciones en que están los que, en sus hombros, llevan el peso de la responsabilidad pública.