Prepárate para el trabajo porque las tareas son muchas e importantes y muy pocos los que se cuenta de ello.
Ayúdale al mundo para que el mundo te ayude a ti.
Abre tus brazos eficientes en cultivar el bien de tal modo que se cuando cierren para cosechar, se encuentren llenos de frutos bendecidos por la felicidad y el amor.
No digas que, en su lugar, lo harías mejor. Porque hasta que no ponemos a prueba nuestra fuerza, no estamos seguro de lo que seríamos capaces. Tal vez harías cosas peores sí ocuparas su lugar. Trata de disculpar porque desconocemos las situaciones en que están los que, en sus hombros, llevan el peso de la responsabilidad pública.