Tu vecin@ de viaje, que está a tu lado, no es ni tu enemig@ ni tu rival.
Se trata, siempre, de un herman@ al que tiene que acoger con simpatía.
No lo estimules para que te sirva de consuelo sino sé generos@ con él en animarle.
Porque, sin notarlo siquiera estarás recibiendo, en respuesta, las vibraciones agradecida de su corazón.
Hace tiempo que vives con el propósito de cambiar tu vida, de mejorar tus actos, de terminar definitivamente con tus deficiencias. ¡entonces comienza ya! No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy... Está claro que todo no lo solucionarás de la noche a la mañana. ¡Pero, comienza ya! Si caes de nuevo, no te desanimes: ¡Vuelve a empezar cuántas veces sea necesario!