Piensa profundamente en las ventajas enormes de no perder la calma con vista a no hacerle daño a la salud.
Si no te irritas, tu interlocutor volverá pronto a la calma y todos llegan a un entendimiento. Se sosegado.
Piensa mucho antes de hablar.
Y no te enfades porque tu ¡ La ofuscación no resolverá ningún problema!
No digas que, en su lugar, lo harías mejor. Porque hasta que no ponemos a prueba nuestra fuerza, no estamos seguro de lo que seríamos capaces. Tal vez harías cosas peores sí ocuparas su lugar. Trata de disculpar porque desconocemos las situaciones en que están los que, en sus hombros, llevan el peso de la responsabilidad pública.