¿Te has dado cuenta de lo desagradable que te resulta una persona cuando te habla con brusquedad?
Pues haz a los demás lo que quisieras que hicieran contigo.
Aún cuando tenga que hacer alguna represión, hazlo con calma y educación, como fueran tus deseos si debieran reprenderte cuando yerres.
Acuérdate de que es común que nos odien o nos amen, dependiendo de nuestro tono de voz al expresarnos.
Hace tiempo que vives con el propósito de cambiar tu vida, de mejorar tus actos, de terminar definitivamente con tus deficiencias. ¡entonces comienza ya! No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy... Está claro que todo no lo solucionarás de la noche a la mañana. ¡Pero, comienza ya! Si caes de nuevo, no te desanimes: ¡Vuelve a empezar cuántas veces sea necesario!