Trata de ser humilde en todas las circunstancias. No es humildad decir "si" a todo y a tod@s, ni pregonar que somos humilde.
No es asentir a todo lo que dicen los demás.
¡absolutamente!
Humildad es saber exactamente lo que somos y valemos.
Es conocernos a nosotros mismos, y tratar de corregir sinceramente nuestros defectos, y no querer imponernos a los demás.
El que es humilde, casi siempre, no sabe que lo es.
¡Pero el que no es humilde es el que piensa que lo es!
No digas que, en su lugar, lo harías mejor. Porque hasta que no ponemos a prueba nuestra fuerza, no estamos seguro de lo que seríamos capaces. Tal vez harías cosas peores sí ocuparas su lugar. Trata de disculpar porque desconocemos las situaciones en que están los que, en sus hombros, llevan el peso de la responsabilidad pública.