Y trata de mantener vivo el buen humor de todas las personas que te encuentres en la vida.
La alegría es medicina divina. La tristeza, en cambio, nos hunde en un mar de barro que salpica y ensucia a los que se nos acercan.
También en los sufrimientos y penas trata de ser alegre, porque la alegría es la mayor medicina para conseguir la felicidad.
Hace tiempo que vives con el propósito de cambiar tu vida, de mejorar tus actos, de terminar definitivamente con tus deficiencias. ¡entonces comienza ya! No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy... Está claro que todo no lo solucionarás de la noche a la mañana. ¡Pero, comienza ya! Si caes de nuevo, no te desanimes: ¡Vuelve a empezar cuántas veces sea necesario!