La cultura va de fuera hacia dentro, entra por los ojos y los oídos y se puede quedar o no quedar en el cerebro.
La sabiduría, al contrario, nace en nuestro interior y se exterioriza. Brota del corazón y sólo se conquista con la meditación.
Hasta los analfabetos pueden llegar a la sabiduría si aprenden a meditar en sus corazónes las grandes verdades..
No digas que, en su lugar, lo harías mejor. Porque hasta que no ponemos a prueba nuestra fuerza, no estamos seguro de lo que seríamos capaces. Tal vez harías cosas peores sí ocuparas su lugar. Trata de disculpar porque desconocemos las situaciones en que están los que, en sus hombros, llevan el peso de la responsabilidad pública.