Aprende a compadecerte de los que están en peores condiciones que tú. Recuerda la máxima evangélica del mayor de los filósofos: "felices los misericordiosos porque ellos alcanzarán misericordia".
Compadécete del que se equivoca, porque no sabes cuándo vas a caer tú en los mismos errores, y te sentirías muy bien si te comprendieran y te perdonarán.
¡Perdona tu también y sé misericordioso con quien se equivoca!
Hace tiempo que vives con el propósito de cambiar tu vida, de mejorar tus actos, de terminar definitivamente con tus deficiencias. ¡entonces comienza ya! No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy... Está claro que todo no lo solucionarás de la noche a la mañana. ¡Pero, comienza ya! Si caes de nuevo, no te desanimes: ¡Vuelve a empezar cuántas veces sea necesario!