La derrota depende de nosotros, a la par que el triunfo. Sin embrago, la peor derrota es la de quien desanima.
Perder no siempre es derrota. Pero el desaliento arruina completamente la vida.
No te desanimes nunca.
Sigue adelante con valentía; porque el triunfo el sonríe únicamente a los que no se paran a mitad del camino.
Hace tiempo que vives con el propósito de cambiar tu vida, de mejorar tus actos, de terminar definitivamente con tus deficiencias. ¡entonces comienza ya! No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy... Está claro que todo no lo solucionarás de la noche a la mañana. ¡Pero, comienza ya! Si caes de nuevo, no te desanimes: ¡Vuelve a empezar cuántas veces sea necesario!