No acomules en tu corazón deseos de venganza, rezagos de mal.
Arrójalos de ti, perdonando y olvidando el mal que te hicieron con palabras, obras y denigraciones, calumnias e injusticias.
¡Olvida!
Únicamente tú saldrás ganando con perdón, porque habrás liberado tu corazón del peso de la amargura y el odio.
Sé inteligente: perdona y olvida y serás feliz
No digas que, en su lugar, lo harías mejor. Porque hasta que no ponemos a prueba nuestra fuerza, no estamos seguro de lo que seríamos capaces. Tal vez harías cosas peores sí ocuparas su lugar. Trata de disculpar porque desconocemos las situaciones en que están los que, en sus hombros, llevan el peso de la responsabilidad pública.